Diputados avalan Ley de Seguridad Interior
Baja California.- A pesar de las
constantes amonestaciones de la ONU, la CIDH, la Amnistía Internacional y la
misma ciudadanía, en el Senado de México se aprobó la Ley de Seguridad Interior
tras una ardua sesión de 15 horas con más de 40 participaciones en tribuna y con
un total de 76 votos a favor, 44 en contra y tres abstenciones. El Consejo de
Seguridad Nacional determinara la procedencia de la intervención de la Federación
en estados y municipios y expedirá dentro de 72 horas la Declaratoria de Protección
a la Seguridad Interior.
El presidente de la Mesa Directiva
del Senado Ernesto Cordero, turno a San Lázaro el dictamen con cambios diversos
que expide el marco legal el cual se encargará de regularizar y normalizar el
uso de las fuerzas federales en estados y municipios cuando estos sean rebasados
por la delincuencia organizada.
Durante el debate destacaron
momentos, cuando el senador panista Roberto Gil Zuarth subió a la tribuna a
defender el dictamen. Acusó a la mayoría de los participantes y opositores a la
ley por hacer señalamientos “frívolos”. Ante la pregunta de la senadora Dolores
Padierna: “¿Cuál ha sido el resultado de los derechos humanos tras once años de
participación de las fuerzas armadas en materia de seguridad pública?” Calificó
como “maniqueo” decir que el Ejercito es el mayor violador de los derechos
humanos ya que es el crimen organizado el principal violador de derechos
humanos.
Asimismo, Gil Zuarth se valió de
la fracción VI del artículo 89 de la Constitución que estipula y dispone del Ejército
para ejercer ciertas funciones de seguridad pública. Por otra parte, el senador
panista Víctor Hermosillo, uno de los más firmes opositores, sentenció que esta
ley constituye “la joya de la corona del fracaso de la administración de
Enrique Peña Nieto”.
El senador del Partido del
Trabajo (PT), Benjamín Robles Montoya, determinó que se debe exhortar a cada orden
de gobierno a ejercer sus facultades y cumplir sus funciones, a tener cuerpos
policiacos bien capacitados, con sueldos dignos, cambiar los altos mandatarios
y sobre todo generar políticas verdaderamente efectivas para el combate de la delincuencia,
sin la intervención del Ejército.
Por último, hoy la vocera de la
Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, Elisabeth Throssell,
califico este acto como “lamentable” y mantiene su escepticismo pues no cree
que sea un paso positivo para combatir con la delincuencia en México porque el
principal valedor de la seguridad nacional debe ser la Policía, no las fuerzas
armadas.



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