La inesperada coincidencia: el sismo nos recuerda la organización activa de la ciudadanía


Edificios derrumbados, viviendas afectadas y cientos de damnificados. Pareciera que el sismo del pasado 19 de septiembre fuera una manifestación paralela al de 1985, acontecido también en el mismo día y mes.




Entre los escombros, algunos sobreviven y otros lamentablemente pierden la vida; por otro lado, miles de personas salen a las calles y se convierten en voluntarios para ayudar y rescatar a las víctimas. Con sus manos recogen pedazos de concreto y restos de edificaciones o viviendas que alguna vez fue el patrimonio de muchos. 

Esto se vivió en 1985 y 32 años después, la historia nos juega una coincidencia inesperada. Por supuesto, hay diferencias considerables, sobre todo por el avance tecnológico que ahora está a nuestro favor. Pues la información es más fluida y el contacto entre personas es más estrecho que nunca, gracias a las dispositivos móviles, las redes sociales y el internet.

Ambos acontecimientos coinciden, tal vez, en la pronta respuesta de la ciudadanía que no necesariamente se deba solo a factores de comunicación, sino de la organización y voluntad propia del mexicano y mexicana.

Hay que recordar que el año 1985 fue coyuntural para el proceso de cambio político y social del país. El sismo de hace 32 años en la Ciudad de México sembró de manera simbólica el inicio de las organizaciones de la sociedad civil, después de que la población mexicana se diera cuenta de que podían organizarse sin que las instituciones gubernamentales intervinieran. 

Ante la falta de respuesta por parte del gobierno de aquel entonces para resolver los daños ocasionados por el terremoto, grupos y colectivos se organizaron por una sola causa: levantar a México de los escombros. 

El post-sismo de 1985 definió la activa participación ciudadana en temas de la administración pública, no sólo de los civiles, sino de grupos empresariales también, que influyeron de manera significativa para la apertura política y posteriormente la alternancia.

Ahora, en pleno siglo XXI, miles de ciudadanos tomaron de nuevo las riendas de  la organización para levantar de nuevo al país. Por medio de redes sociales se convoca a donaciones; a participar en la ayuda con rescatistas, entre otros eventos a favor de la reconstrucción del centro y sur de México.

Sin embargo, hay que decir que actualmente las instituciones están mucho mejor preparadas para este tipo de siniestros y no se puede negar que han tenido una respuesta  más favorable que antes. 

Pero también es cierto que los actuales retos de las instituciones es la crisis de desprestigio y descalificación que la sociedad civil les ha atribuido, sobre todo por tantos escándalos de corrupción. Esta falta de valoración a las agrupaciones políticas y de gobierno, podría repercutir en el siguiente proceso electoral.      

Es muy probable que estemos de nuevo en una situación coyuntural, y no necesariamente esto comprueba que la historia es cíclica, sino que las circunstancias actuales ameritan de nuevo prever un cambio sustancial para el país.   


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